Denis Latour
Entre las grandes innovaciones aportadas a la escultura contemporánea, la utilización de nuevos materiales es una de las más significativas. El artista Denis Latour, de Caen (Normandía), es un ejemplo vivo de esta novedosa investigación. Trabaja con madera a la deriva procedente de la construcción de barcos, rompeolas o criaderos de mejillones y que ha sido moldeada por el agua salada durante muchos años. Como resultado del éxito de sus obras, Denis Latour ha realizado numerosas exposiciones en los últimos años tanto en Normandía como en galerías parisinas.
Relativamente nuevo en la gubia, el escultor se siente irresistiblemente atraído por el método de la talla directa en las "formas originales". En roble, castaño de indias o maderas tropicales, sus matices brillantes y rojizos le fascinan. Su aspecto erosionado, mineralizado y oxidado le provoca una "lectura" y le permite revelar, bajo el exterior podrido, áspero y grisáceo, superficies lisas, pulidas y luminiscentes y contrastes de una belleza sorprendente.Denis Latour explica cómo a partir de estos objetos, "que son visibles por la receptividad física que tienen el poder de despertar", es capaz de realizar las más bellas transformaciones, produciendo figuras sorprendentemente suaves y fluidas en formas siempre voluptuosas y sensuales.
Tanto si se trata de mujeres de cuerpo esbelto como de sorprendentes abstracciones, lo que atrae, más allá de la absoluta originalidad de la obra, es la pureza de las líneas, las proporciones armoniosas y la sencillez y nobleza de las formas pintorescas. Impregnadas de un alma propia, comunican sinceridad, autenticidad y poesía.
En un trabajo artístico inédito, único y audaz, Denis Latour presenta una nueva y exaltada visión del mundo que se inspira directamente en la naturaleza. Sus creaciones son a la vez conmovedoras, imaginativas y fértiles.
Relativamente nuevo en la gubia, el escultor se siente irresistiblemente atraído por el método de la talla directa en las "formas originales". En roble, castaño de indias o maderas tropicales, sus matices brillantes y rojizos le fascinan. Su aspecto erosionado, mineralizado y oxidado le provoca una "lectura" y le permite revelar, bajo el exterior podrido, áspero y grisáceo, superficies lisas, pulidas y luminiscentes y contrastes de una belleza sorprendente.Denis Latour explica cómo a partir de estos objetos, "que son visibles por la receptividad física que tienen el poder de despertar", es capaz de realizar las más bellas transformaciones, produciendo figuras sorprendentemente suaves y fluidas en formas siempre voluptuosas y sensuales.
Tanto si se trata de mujeres de cuerpo esbelto como de sorprendentes abstracciones, lo que atrae, más allá de la absoluta originalidad de la obra, es la pureza de las líneas, las proporciones armoniosas y la sencillez y nobleza de las formas pintorescas. Impregnadas de un alma propia, comunican sinceridad, autenticidad y poesía.
En un trabajo artístico inédito, único y audaz, Denis Latour presenta una nueva y exaltada visión del mundo que se inspira directamente en la naturaleza. Sus creaciones son a la vez conmovedoras, imaginativas y fértiles.
Francine BUNEL-MALRAS, historiadora del arte
