Josette HOUEL

A la tierra de Houélée nos lleva Josette Houel, una antigua ciudad enterrada en la arena, nacida de su pasión por las excavaciones arqueológicas y de su imaginación. Resuelta a desvelar un mundo que surge del subconsciente colectivo (desde una Atlántida engullida por las olas, pasando por una Sodoma y Gomorra destruidas por las llamas de la venganza divina, hasta llegar a la Arcadia, esa tierra idílica de una "edad de oro" definitivamente perdida), Josette Houel desveló este relato filosófico primero a través de la escritura y la publicación de sus cuadernos de artista, ilustrados a mano con dibujos magistrales, y luego mediante técnicas visuales tan diversas como la pintura, la escultura y el tejido, todas ellas representadas en varias exposiciones individuales. Son raros los artistas que desvelan los secretos de su creación con tanta elocuencia y coherencia.

Fue en 1969 cuando Josette Houel se acercó a las técnicas pictóricas como autodidacta, evolucionando gradualmente de la figuración clásica a una figuración estilizada muy original, burlando la convención de representar la realidad. A partir de 1976, decidió desenredar el "hilo de Ariadna" en busca de su ciudad mítica, para convertirse, según sus propias palabras, en "la guardiana de su memoria". Los cuadros de Josette Houel se inscriben, pues, en el noble género que en la Historia del Arte se denomina tradicionalmente "Pintura de Historia". Revelan una mitología totalmente personal, que se desarrolla en el floreciente teatro que es el mundo fantástico y simbólico de Houélée, con sus espléndidos edificios, su antigua estatuaria y sus fastuosos frescos, sin olvidar la vida de sus enigmáticos habitantes: los Houléïdes.

Al componer sus cuadros, a veces de gran tamaño, Josette Houel se inspira a menudo en fotos de yacimientos arqueológicos, y luego imagina en su mente los decorados antes de reproducirlos en el lienzo. A continuación, añade grupos de mujeres esbeltas que, apenas esbozadas como siluetas en carne y hueso, aparecen a menudo en un entorno natural abundante sobre fondos paisajísticos de gran colorido. Mientras que algunas están animadas y bailan, otras parecen petrificadas o apresadas por las cadenas que las encadenan. La paleta del artista es variada y extravagante, los colores brillantes se contraponen y los efectos de iluminación resaltan la vida de este antiguo pueblo al despertar bajo el hábil pincel del pintor. La estilización y la simplificación de las figuras y de las escenas, así como su frescura expresiva, demuestran una voluntad de exaltación de los temas que es característica del arte ingenuo, al que su obra se asemeja en el plano puramente formal. Sin embargo, Josette Houel también propone un corpus dinámico excepcional que procede tanto del Simbolismo como del Surrealismo, al combinar una especie de misticismo con la extraña visión de un microcosmos fascinante y aparentemente onírico.

Incansable humanista, prosigue ahora su exploración de la historia de la humanidad, y del "individuo en este vasto mundo, su ámbito de supervivencia en medio de todo lo que se mueve y puede mordisquearlo", para invitarnos a seguirla en nuevos viajes de descubrimiento...