Maxime Plancque
Habiendo practicado la fabricación de metales, Maxime Plancque se convirtió en un hábil metalúrgico a la edad de cuarenta años y desarrolló una pasión por la escultura. Originario de Rouen, este apasionado del hierro decidió formarse en la Escuela de Arte de Estrasburgo, y en 2010 se trasladó a Sourdeval en el departamento de la Mancha. Allí, dedica sus energías a la forja del hierro que le fascina, transformando el metal vivo y maleable en figuras esbeltas, gráciles y muy expresivas. Desde entonces, ha expuesto su obra con regularidad tanto en Francia como en el extranjero y ha ganado numerosos premios, entre ellos dos premios europeos en 2005. Desde hace cinco años, el escultor se dedica más a la creación de piezas de gran tamaño. Maxime Plancque es un artista figurativo que, al igual que Giacometti, elige retratar la figura humana a través de siluetas simples y mimbreadas de aspecto inacabado. Con un estilo muy personal, crea todo un mundo de figuras humanoides en las que la estricta geometría se combina armoniosamente con ondas que suavizan la forma. No trabaja a partir de modelos vivos, sino que se inspira en las formas naturales que ve en los paisajes circundantes. Sus personajes, que a menudo son excesivamente alargados, son esquemáticos y estilísticos, casi abstractos en estilo.
Al martillar el hierro, que se calienta a una temperatura de 1200°C, Maxime Plancque es capaz de esculpir formas expresivas, y su enfoque aparentemente aleatorio juega un papel vital en el proceso creativo. Bustos sin brazos y piernas largas sugeridas simplemente por un tallo contribuyen a la energía y la magia de las piezas. Si el tratamiento de la superficie realza el material, entonces el tratado gráfico enriquece las piezas con aspectos particularmente decorativos. "Me encanta trabajar las siluetas, las posturas y las expresiones", explica Maxime Plancque, que se aleja un poco del mundo real y tiene el talento de dar vida a la materia.
Al igual que las figuras antropomórficas esquemáticas en hierro y bronce creadas por el escultor británico Lynn Russell Chadwick, sus esculturas contienen un gran poder emocional, ya que a través del fuego les ha conferido almas. El tratamiento espacial del artista es particularmente original e interesante, porque sus figuras, que están pensadas para ser observadas desde todos los ángulos, pueden ser movidas y orientadas en sus pedestales. El objetivo es poder volver a montarlas y posicionarlas de numerosas maneras, jugando con los sutiles efectos de luz y sombra. Símbolos del hombre en toda su fragilidad y ternura, los personajes de Maxime Plancque poseen la materialidad de los cuerpos y son la metáfora del hombre espiritual.
Son una creación única, atemporal y poética, destinada, según el artista, a compartir sus sueños, pasiones y emociones. Son una invitación a entrar en el mundo interior del artista.
Francine BUNEL-MALRAS, Historiadora de Arte